Así está hoy por hoy Juan Manuel Oliva, envuelto en investigaciones y auditorias encabezadas por Luis Ernesto Ayala. Ya pasó de ser una campaña contra la deshonestidad a un linchamiento político. Que quede claro que eso no le quita lo deshonesto, ya sabemos como se las gasta el Gober, y si no, les recuerdo algunas de sus proezas ya olvidadas, por que las del DIF, cambio de imagen y secretaria de salud ya nos las sabemos de memoria.
Pero como olvidar el caso de las mujeres presas en el penal de Puentecillas acusadas de homicidio en caso de parentesco (comúnmente llamado aborto fuera del círculo ultra derechista), o el escándalo de su hija Rosa Oliva Martínez por haber ganado un concurso de moda y diseño organizado por el mismo gobierno (y que no salga alguien a decir que diseña muy bien, si no entonces por que pagó tanto el gober por el cambio de imagen), o cuando instruyó al secretario de Educación del estado, para que se considere el implementar educación religiosa en las escuelas públicas, esto gracias a una sugerencia hecha por el obispo de León, José Guadalupe Martín Rábago.
En fin, deshonesto es, pero llama la atención que estos escándalos tienen marcadas coincidencias: se centran en personajes cercanos al gobernador Juan Manuel Oliva y, antes de resolverse, son filtradas a medios de comunicación.
¿A quién le conviene esto? No olvidemos 2 cosas: Se viene el cambio de estafeta en la dirigencia estatal del PAN y la sucesión del gobierno. Obviamente a los partidos de oposición le conviene, pero también a los opositores de Oliva.
No hay que olvidar como llegó Oliva a la gubernatura. Primero fue secretario general y presidente del PAN, después secretario de Gobierno y Gobernador, lo interesante es que se rodeó de gente del yunque y no yunquistas durante ese proceso. Ya en la gubernatura, la presencia de camaradas de militancias extremas se acrecentó en el gabinete, Así, de un lado teníamos a Gerardo Mosqueda, Alberto Diosdado, Baltasar Vilches, Raúl Monjaraz; En la otra parte estaban panistas como Gustavo González, Miguel Márquez, Luis Quiroz, y Daniel Chowell.
Aquí es donde se pone interesante la cosa. Entre los procesos de la elección del nuevo dirigente partidista y la decisión del partido sobre el próximo candidato a gobernador, la división cunde entre estas dos alas del equipo gobernante.
Y es que Oliva se quiso deslindar del ala extremista (yunque) y separó de su cargo a Gerardo Mosqueda yunquista de vieja guardia bautizado como ‘Alcázar’ al unirse al grupo. ¿Y Luis Ernesto Ayala? Aunque parece más un yunquista descafeinado, parece salir beneficiado de estos escándalos mostrando su lealtad al grupo.
El gobierno federal quiere al Secretario de Salud José Ángel Córdova para gobernador, el yunque a Gerardo Mosqueda, Miguel Márquez Márquez se apuntó, Ricardo Sheffield lo sueña y Oliva ¿a quién va a apoyar? Se encuentra entre la espada y la pared. O en este caso entre el PAN y El Yunque.
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